Sentido y Sentimiento.
Aunque vengan de la misma etimología latina, son diferentes.
Sentido (sentire, oír) más el sufijo (ido –cualidad perceptible
por los sentidos, provisto de)
Sentimiento (sentire, oir) más el sufijo (miento –instrumento,
resultado)
El ser humano está dotado de cinco sentidos, la vista, el olfato, el oído,
el tacto y el gusto.
Con ellos nos comunicamos con el mundo exterior, a través de ellos
recibimos señales que van a nuestro cerebro donde se procesan y actúan según
convenga.
En cambio los sentimientos, son emociones que se producen en nuestro
interior, en ese mundo oculto que solo nosotros conocemos.
Hay un sentimiento que causa la mayor parte de los problemas entre los
seres humanos, este sentimiento es “La Envidia”.
La envidia es un sentimiento o estado mental en el
cual existe dolor o desdicha por no poseer uno mismo lo que tiene el otro, sea
en bienes, cualidades superiores u otra clase de cosas.
La envidia empieza a surgir en
los primeros años de vida, cuando el niño empieza a relacionarse con el grupo
familiar y social, si el niño se siente amenazado en su terreno y en lo que más
desea, se le produce una sensación de vacío, deseará a toda costa conseguir
todo lo que no posee o cree que no puede poseer.
Si al niño que ha pasado por episodios de envidia constante y nadie de su
entorno le ha ayudado y calmado esta ansiedad, crecerá con sentimientos de
frustración y de vacío, será un adulto envidioso y contaminado por el rencor a
los éxitos ajenos, incluso de su familia, pareja y amistades, llegando su vida
a ser un verdadero tormento.
A veces es difícil descubrir al envidios@, pues a veces se esconde a través de una apariencia amable, acogedora y
simpática; otras veces se camufla en conductas de excesivo respeto, o excesiva
admiración.
El envidioso se alegra de los fracasos ajenos y sufre con los éxitos ajenos,
muchas veces desaprovecha tanta energía que no es capaz de alcanzar sus propios
objetivos.
Normalmente los acabas descubriendo, porque son mentirosos y desconfiados y
les traicionan sus actos.
Si sufres las miradas y las palabras de una persona envidiosa, trata
de pasarlas por alto, no eres responsable de su sentimiento, intenta descubrir
la envidia a tiempo, te evitarás muchísimos problemas,
no desarrolles confianza con las personas envidiosas, evítalas,
apártate de ellas.
Los reconocerás porque habitualmente son personas egocéntricas y necesitan
que estés pendiente de ellos, son muy susceptibles y están pendientes de tus reacciones,
miradas o actos.
Se enojan si no reaccionas como ellos tenían pensado que tenías que
reaccionar.
Hay que tener en cuenta que estas personas sufren, y mucho.
No pueden controlar ese sentimiento, pueden estar normales y contentos y en
una décima
de segundo cambian.
Cuando se descontrolan, es tan intenso el dolor que sienten, que se
transforman en verdaderos demonios incontrolados, expresando ira y rabia, estos
son casos extremos.
Si eres una persona envidiosa y quieres salir de ese estado
porque te está consumiendo la vida, la única forma de conseguirlo es ser
consciente de tu problema y buscar el origen en tu infancia, una vez encontrado
perdonar a quién te ha causado este sentimiento.
O si prefieres seguir con ese sentimiento de envidia, lo que
conseguirás será, crearte ansiedad, tristeza, rencor.
Y todo esto lo manifestaras a través de las miradas y frases inoportunas, o
frases calculadas para hacer daño.
Te irás quedando sin amigos, hasta que te quedes completamente sol@.
Tuya es la elección.
Hoy he pensado en tí
EL GUERRERO DE LA LUZ
1 comentario:
muy cierto que buena informacion....grax por contribuir para reparar los sentimientos del ser humano bien hecho!
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