sábado, 13 de junio de 2009

LA CRUZADA

Cuando interiormente nos sentimos mal, es por que no hemos sido capaces de ver la situación por el lado positivo.

El Guerrero de la Luz


LAS PIEDRAS

Había una vez un Guerrero que retornaba a su tierra después de su última gesta, su rocín y el a pié, lentamente caminaban por sendas y bosques, su paso era lento pero firme, su última cruzada le había dejado extenuado, sin embargo no era este el motivo de su pena, había otra cosa que le estaba minando su interior.

Dos jornadas antes, en la posada en la cual pernoctó, había perdido unas piedras, que el guardaba en una bolsa, las llevaba con el como si de un tesoro se tratase, ya que las recogía del suelo en cada una de sus batallas que había librado, estaba tan apenado, porque ahora que ya retornaba a casa, tenía que haber dejado las piedras en la Cruz de Ferro, que estaba en una parte del camino, según la tradición, al dejar las piedras le serían perdonados todos sus pecados.

Cabalgaba cabizbajo, cuando de pronto se le apareció un Mago.

Este le preguntó ¿Guerrero, porque estas triste después de tantas y tantas cruzadas.

El Guerrero le dijo, Mago, estoy triste por que perdí todas mis piedras, menos una y ahora no podré posarlas a los pies de la Cruz de Ferro.

El Mago le contestó, Guerrero, no has perdido las piedras, las piedras han desaparecido, pues tus pecados ya han sido perdonados, no necesitas cargar más tiempo con ese peso, posa esa última piedra en la Cruz, como simbolo de tu Fé.


Dedicado a ti Esteban, que tengas un feliz CAMINO
El Guerrero de la Luz

1 comentario:

dijo...

La duda pregunta:
¿quién lo cree?
y la fe responde:
YO.