Para ser un maestro no se
tiene que ser perfecto, porque nadie es perfecto.
Si quieres saber una
cosa, estúdiala si quieres conocer una cosa, practícala, si quieres dominar
una cosa, enséñala.
En la enseñanza
encontraremos el equilibrio de nuestro proceso interno y nos sentiremos bien,
porque es de la única manera que podemos ir asentando en nuestro interior, la
seguridad de lo que queremos transmitir, de aquello que queramos dar a los
demás.

No quiere decir que,
necesariamente, tengamos que colocamos delante de
una pizarra, estar en un
aula, pero sí que hemos de abrimos, dar a los demás, compartir lo que
sepamos, poder orientar, guiar y enseñar lo que beneficie y enriquezca el camino a
otra persona.
La elección de ser libre – Trascendencia versus libre albedrío.
Mediante el uso de la
mente, el ser humano es potencialmente capaz de mitigar o trascender los
acontecimientos predeterminados.
Para cualquier persona
es siempre posible elegir el modo en que va a reaccionar ante cualquier
acontecimiento predeterminado por las
fuerzas kármicas o astrológicas.
Quien se deja envolver
por las circunstancias pasa a formar parte del problema.
Sin embargo, si nos observamos a nosotros mismos y
actuamos con integridad y compasión, tendremos la capacidad de dotar de
connotaciones positivas a un suceso desagradable en el mismo momento que
sucede.
Trascender significa
superar una situación y comenzar todo de nuevo.
Nosotros los seres
humanos, somos animales lingüísticos y
por ello, tenemos la capacidad de trascender
cualquier instante de nuestra existencia.
Si el libre albedrío no posibilitase
esa trascendencia, sería incoherente, una vileza cósmica.
Es más fácil que el camello pase por el ojo de una aguja que el rico entre en el reino de Dios.
Hace miles de años, en
la ciudad de Jerusalén, existía una ley que prohibía después de la puesta de
sol, la entrada de los camellos que iban cargados.
Para garantizar el
cumplimiento de esa ley, de noche solo permanecían abiertos los portales
pequeños y los más bajos, llamados ojos
de aguja.
Si estaban cargados no
podían arrodillarse para pasar por el ojo
de la aguja.
Tenían que dejar la
carga en lado de fuera.
De la misma manera que
nosotros tenemos que dejar aquí en este mundo los bienes materiales cuando
abandonamos esta vida.
Dale la importancia justa a los bienes materiales porque a donde te diriges no te vas a llevar nada.
El Guerrero de la Luz
2 comentarios:
me gusta esta frase ;SI HAS LLEGADO HASTA AQUÍ NO ES FRUTO DE LA
CASUALIDAD, TODO OCURRE POR ALGUN MOTIVO
Si, es cierto nada ocurre por azar, todo ocurre por alguna razón.....hay que seguir las señales para descubrir esa razón.
Un saludo "Guerrera"
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