martes, 8 de mayo de 2012

APRENDIENDO A SER FELIZ

Hace tiempo leí una fábula que quisiera compartir.
Dicen que en la era Glaciar,cuando en la tierra hacía mucho frío, se reunieron los puerco espines y en una asamblea decidieron que para calentarse andarían siempre juntos y con la calor de sus cuerpos se ampararían del frío extremo que hacía.
 Así lo hicieron, empezaron a caminar juntos por la vida, pero al cabo de poco tiempo se dieron cuenta que con sus espinas, se rozaban y se hacían daño los unos a los otros y en especial aquellos que estaban más cercanos, entonces decidieron separarse, pero claro...morían congelados por el frío.
Se volvieron a reunir, y tomaron una sabia decisión, decidieron volver a caminar juntos, aceptando las pequeñas heridas que les causaban sus compañeros más cercanos, si no lo hubiesen hecho así, habrían desaparecido de la faz de la tierra.

En nuestro paseo por la vida, causamos y nos causan heridas los que paseamos juntos.
Nadie es perfecto, aceptar esto, te ayuda a paliar el dolor de las heridas producidas por los demás, pero si tu deseo es aprender a hacer menos daño a los demás, como dice Brian Weiss en "Muchas vidas muchos maestros".
Todas las personas en nuestro interior disponemos de un diamante, aún siendo iguales de tamaño, unos lados del diamante tienen las aristas más afiladas que otros.
Mientras más suavices esas aristas causaras menos heridas a los que caminan a tu lado y mientras más limpies las caras del diamante, obtendrás y emitirás más LUZ
El Guerrero de la Luz

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